Te han dicho que el contenido de valor es lo MÁS importante de toda tu estrategia de contenido, ¿verdad que sí? Te han dicho que tienes que crear contenido que aporte valor, que sea interesante, útil, que ayude a tu audiencia.
Y aunque eso no está nada mal, de hecho es algo que yo misma te recomendaría, lo cierto es que el contenido de valor no es lo más importante, en realidad, el aspecto más relevante que debe tener tu contenido es que tiene que despertar emociones.
El contenido de valor es vital para tu estrategia, pero si ese contenido no genera emociones, no creará lazos con tu audiencia, no conectará en un nivel más profundo, no será memorable, sólo se dará un corto paseo por la mete de tu consumidor. En cambio, cuando ese contenido que compartes aporta valor y además, genera emociones, tu marca se quedará como inquilina en la mente de tu audiencia por mucho más tiempo.
Si quieres que desarrolle para ti una estrategia de contenido enfocada en generar emociones, contáctame.
Según Daniel Goleman, el autor del libro «La inteligencia emocional», las emociones son impulsos para la acción.
«Todas las emociones son impulsos para actuar, planes instantáneos para enfrentarnos a la vida que la evolución nos ha inculcado. Impulsos arraigados que nos llevan a actuar».
Este concepto de Goleman nos deja una palabra clave muy poderosa: acción. Las emociones nos llevan a actuar. Y cuando creas contenido, ¿no es eso justamente lo que quieres generar? ¿Una acción? ¡Por supuesto! Quieres que tus seguidores dejen un comentario, que compartan, que den like, y en otros casos, quieres generar una conversión: una venta, un lead, etc.
Cuando tu contenido despierta emociones, tu contenido propicia acciones.
¿Cuáles emociones puedo despertar con mi contenido?
Primero, entendamos que existen muchas emociones y según distintos autores la lista puede llegar a 20, pero éstas son las 6 emociones básicas:
- Miedo: es una sensación de angustia provocada por la presencia de un peligro real o imaginario.
- Sorpresa. Alteración emocional causada por algo imprevisto o inesperado.
- Asco. Sensación de desagrado que produce alguien o algo y que impulsa a rechazarlo.
- Ira. Sentimiento de enfado muy grande y violento.
- Alegría. Es la emoción que se experimenta cuando algo provoca felicidad o júbilo.
- Tristeza. Dolor anímico producido por un suceso desfavorable que suele manifestarse con un estado de ánimo pesimista.
Sin embargo, no deberías generar todas estas emociones con tu contenido. A mis clientes que asesoro en estrategias de contenido les recomiendo siempre que sea posible generar emociones positivas como:
- Alegría.
- Gratitud.
- Serenidad.
- Interés.
- Esperanza.
- Inspiración.
- Amor.
- Admiración.
Crear contenido que despierte emociones no siempre es tan sencillo, pero es un trabajo que vale la pena hacer para lograr conectar con tu audiencia, que tu marca sea memorable y que el contenido sea realmente efectivo.
Un estudio de Nielsen reveló que las marcas que crearon contenido que despertaba emociones vieron un 23% de incremento en sus ventas. De hecho, Gerald Zaltman en su libro «How customers think essential insights into the mind of the market», explica que el 95% de las decisiones de compra ocurren en la mente subconsciente, y es justamente allí donde se generan las emociones.
Así que no te debe quedar duda alguna, si tu contenido de valor no despierta emociones, no vas a conducir a la acción.