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¿Tienes el síndrome de burnout? Aprende a identificarlo ¡y evitarlo!

Seguro has estado allí: un agotamiento extremo que no te permite avanzar. Te sientes muy cansado sin ganas de trabajar, desmotivado. Simplemente no quieres hacer nada. El síndrome del burnout, o desgaste profesional, se caracteriza por un estado de agotamiento físico, emocional y mental que resulta de un estrés prolongado y excesivo en el trabajo. ¿Quieres saber si sufres de este síndrome?

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la cual determinó oficialmente este síndrome como enfermedad en el 2022, para identificar el burnout hay varias características: “Sentido de agotamiento o debilidad; aumento en el aislamiento del trabajo, cinismo o sentimientos negativos relativos al trabajo; y una baja en la efectividad profesional”.


Es mucho más que simplemente estar cansado; es una sensación abrumadora de incapacidad para seguir adelante y una pérdida de la motivación.

Cómo identificar el burnout

Detectar el burnout puede ser complicado ya que sus síntomas a menudo se confunden con el estrés común. Sin embargo, algunos signos clave pueden ayudarte a reconocerlo:

  • Fatiga persistente: Sentirse constantemente cansado, incluso después de una buena noche de sueño.
  • Desconexión emocional: Experimentar una creciente indiferencia hacia el trabajo y los compañeros.
  • Irritabilidad y ansiedad: Sentimientos frecuentes de irritabilidad, ansiedad o tristeza que afectan el bienestar general.
  • Disminución del rendimiento: Una notable caída en la calidad y cantidad del trabajo realizado.
  • Síntomas físicos: dolor de cabeza, gastritis, taquicardia, obesidad, colon irritable, dolor de espalda

Si sospechas que tienes este síndrome, lo mejor es hablar con un profesional de salud mental que te pueda hacer un diagnóstico exacto.

Estrategias para prevenir el burnout

Prevenir el burnout requiere un enfoque proactivo y consciente para manejar el estrés y mantener un equilibrio saludable entre el trabajo y la vida personal. Aquí te dejo algunas estrategias efectivas para reducir el riesgo:

Establece límites claros

Define límites entre el tiempo laboral y personal. Evita llevar trabajo a casa y establece horarios específicos para desconectar. Es muy importante hacer otras tareas que sean gratificantes para el cerebro, así no siempre está pensando en el trabajo que muchas veces suele traer estrés.

Prioriza el autocuidado

Dedica tiempo a actividades que te relajen y te recarguen, como el ejercicio, la meditación o hobbies que disfrutes. El autocuidado no es un lujo, sino una necesidad.


Gestiona el estrés

Aprende técnicas de manejo del estrés, como la respiración profunda o el mindfulness, para mantener la calma en situaciones de alta presión. Recuerda que no puedes eliminar el estrés, en cualquier momento el trabajo se pondrá difícil y aparecerá, pero lo que sí puedes hacer es aprender a gestionarlo de forma efectiva. Un psicólogo también puede ayudarte.

Organiza y prioriza

Utiliza herramientas de organización y establece prioridades para manejar tu carga de trabajo de manera más eficiente. También te recomiendo pedir ayuda a tu supervisor para que te asista en la organización y priorización de tus tareas.

Tómate descansos regulares

Asegúrate de tomar descansos cortos durante el día para evitar el agotamiento. Muchas veces, no nos damos cuenta que no paramos de trabajar ni un instante o sólo para comer. Los descansos de 5 minutos o 15 minutos durante las horas de trabajo son importantes para incluso rendir mejor y ser más productivos.

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