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5 hábitos que te conviene desaprender para progresar

Los hábitos son acciones que realizamos de forma repetitiva que terminan formando parte de nuestra esencia como personas y de nuestra conducta.  Nuestros hábitos determinan quiénes somos, nuestra identidad.

Para avanzar hay que desaprender lo aprendido. Para lograr ser la mejor versión de ti mismo es necesario que edites constantemente tu sistema de creencias.

Así que, si estás dispuesto a hacer este cambio en tu vida, lee este artículo para descubrir 10 hábitos que puedes desaprender para convertirte en lo que quieres ser, pero antes de empezar ten en cuenta algo: los hábitos no se eliminan, se reemplazan.

1.- Elimina el hábito de quejarte

Algo que pone muchas nubes negras en el paisaje y atrae energías negativas a tu vida es quejarse. Una persona que se queja es una persona que vive amargada, que busca lo negativo en toda situación. Ve un problema donde hay soluciones.

Un quejón no tiene nunca nada bueno que decir, aunque todo sea color de rosa, siempre encontrará espinas, ¿y sabes qué es lo peor de esto? Que quejarse es contagioso, así que cuida tu círculo.


Nadie quiere ser un amargado, todos queremos ser felices, pero quejarse es un (mal) hábito y soltarse de él es difícil. Entonces ¿con qué reemplazar este hábito? ¡Dando gracias! No importa lo malo, da gracias, inmediatamente que venga la queja, reemplázala con un agradecimiento.

“¡Odio mi trabajo!” => “Doy gracias por el trabajo que tengo, porque muchos no tienen.”

“Siempre hay tráfico en esta ciudad” => “Doy gracias porque al menos tengo mi propio auto”.

Dar gracias es adoptar una actitud positiva, las personas positivas no se quejan, viven tranquilas y sobre todo, atraen cosas positivas a su vida.

2.- Elimina el hábito de criticar a los demás

Bien lo dijo Jesucristo: “el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra”. Criticar es fácil y en tiempos de redes sociales ¡más aún! Cualquiera se siente con el derecho de juzgar las vidas ajenas, pero te hago una pregunta ¿de qué te sirve? Criticar cómo otros se ven, su aspecto, lo que hacen, lo que dicen, ¿de qué te sirve? ¿Te ayuda en algo? ¿Decir algo negativo de alguien a quien seguramente no conoces aporta a tu vida?

Una persona que critica a otra está reflejando sus propias carencias, su inferioridad e inseguridades, porque en realidad nunca vas a ser criticado por alguien que está haciendo más o igual que tú.

¿Cómo cambiar ese pensamiento juzgador y criticón?

Cada vez que te encuentres señalando los defectos de alguien (aunque sea en tu mente), responde esta pregunta: “¿Quién soy yo para criticar a esta persona?”.

Verás que tu respuesta siempre va a ser: nadie. Y es verdad, tú no tienes ese derecho de juzgar a otro, aunque puedas hacerlo, no es lo correcto. Si no tienes nada bueno que decir, mejor no lo digas.

Si es posible, cambia tu crítica por un comentario positivo, igual que con el mal hábito de quejarte, reemplazar lo negativo por un comentario que edifique te va a ayudar más a ti que a la otra persona, créeme.

3.- Elimina el hábito de dejar de aprender

Aprender nuevas habilidades o conocimiento (en lo personal o profesional), puede cambiar tu vida, más allá de las mejoras cognitivas como la memoria, la concentración y la capacidad de resolver problemas, aprender algo nuevo es necesario si queremos ser una mejor versión de nosotros mismos.

Vivimos en un mundo en el que la información viaja casi tan rápido con la luz, tenemos acceso a nuevo conocimiento casi de forma inmediata, no tienes que esperar años para aprender sobre un tema o ir a la biblioteca a investigar en 20 libros sobre algo.


No hay excusas, aprender sobre casi cualquier tema está a tu alcance de forma casi inmediata y fácil. No hay razón para quedarte estancado con conocimientos bien limitados viendo cómo otros crecen porque decidieron googlear respuestas en vez de esperar por inspiración divina.

Ponte como hábito aprender todos los días sobre algún tema que te apasione. Esto puedes hacerlo aunque sea por pocos minutos al día y no varias horas. Leer o ver videos educativos por 10 minutos es fácil, los hábitos hay que hacerlos alcanzables. 

4. Elimina el hábito de no dormir bien

No dormir lo suficiente es un mal hábito que puede afectar tu vida.  La falta de sueño está asociada con un mayor riesgo de obesidad, diabetes tipo 2,  enfermedades cardiovasculares, problemas de salud mental, debilidad del sistema inmune, entre otros.

Nada bueno proviene de dormir poco y mal, aunque algunas personas se sienten bien durmiendo seis horas, estudios afirman que lo ideal para adultos es dormir entre 7 y 9 horas por noche.

¿Cómo reemplazo este mal hábito?

Empieza con una rutina de sueño. Ten un ritual para dormir y ayúdate con actividades relajantes como leer un libro, tomar un baño caliente o practicar respiraciones profundas. Hazle saber a tu cerebro que es hora de dormir.

Muchas veces, el insomnio puede estar relacionado a algunas deficiencias vitamínicas o de minerales en tu organismo, mi recomendación es que visites a un profesional de la salud que te ayude a encontrar no sólo la solución sino el detonante del problema.

5.- Elimina el hábito de ser muy duro contigo mismo

¿Qué te dices a ti mismo? Las palabras que nos decimos muchas veces pueden elevarnos o pueden derribarnos.

Esto se conoce como diálogo interno, los pensamientos y conversaciones que mantenemos con nosotros mismos en nuestra mente y que pueden tener un impacto significativo en nuestras emociones.

Puede ser que no estés consciente de ese diálogo interno y es importante que a partir de hoy le prestes atención.

Ser negativo contigo mismo puede derivar en:

  • Aumento del estrés y la ansiedad. La autocrítica constante puede llevar a un estrés crónico y ansiedad.
  • Miedo al fracaso. El miedo a cometer errores puede volverse tan abrumador que te impedirá asumir riesgos o intentar cosas nuevas, limitando tu crecimiento personal y profesional.
  • Baja autoestima. Ser incapaz de ver tus logros o valorar tu esfuerzo puede afectar tu autoestima.
  • Indecisión. Si tienes un mal concepto de ti, te costará tomar decisiones, te quedarás paralizado ante ciertas situaciones dificultando tu progreso.

¿Cómo cambio mi diálogo interno?

Hay una técnica que estoy segura que te va a funcionar, ésta la leí en el libro “Si lo crees lo creas” de Brian Tracy, se trata de reemplazar un pensamiento negativo con uno positivo de forma automática. Tracy explica que no puedes tener dos pensamientos a la vez, sólo puedes pensar en una sola cosa, por eso ese reemplazo debe convertirse en una costumbre.

Primero debes aprender a identificar ese pensamiento negativo sobre ti mismo, puede que estés tan acostumbrado que ni te des cuenta.

“Soy el peor”, “Siempre me equivoco”, “Estoy horrible”, “No me gusta mi cara”, “No soy inteligente”. Son pensamientos que fácilmente se nos pasan por la mente sin darnos cuenta y la verdad es que terminan quebrando nuestra forma de ser y actuar.


Inmediatamente venga ese pensamiento, cámbialo. Las palabras de afirmación son una buena opción, no sólo piensa cosas bonitas sobre ti, sino también dilas en voz alta.

Es importante practicar la autocompasión, trata de hablarte a ti mismo como lo harías con un amigo que aprecies. Evita la autocrítica y utiliza palabras de apoyo y comprensión. «Estoy aprendiendo», «Es normal cometer errores», «Soy diferente y eso me hace especial».

También aprende a reconocer tus logros, celebra tus éxitos, por pequeños que sean. Reconocer tus logros puede ayudarte a mantener una perspectiva más positiva sobre ti mismo.

Y sobre todo, permítete fallar, entiende que los errores son oportunidades de aprendizaje. Acepta que errar es parte del proceso de crecimiento.

Estos son algunos hábitos que tienes que eliminar de tu vida si quieres crecer como persona. ¿Estás dispuesto a hacerlo?

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